
El luub (Rhamdia guatemalensis) fue uno de los animales que frecuentemente fueron descritos como habitantes de los cenotes de Homún por los cronistas y frailes españoles durante el siglo XVI.
En el recorrido del comisarió fray Alonso Ponce a finales del siglo XVI por la jurisdicción de Homún, dio cuenta de ellos:
“Hay en Humún una anoria con que sacan agua para todo el pueblo, y hay en su comarca algunos zonotes en que se dan muchos bagres”.
Un par de años antes, el encomendero de Hocabá Melchor Pacheco no había mencionado a los peces, que iban y venían del paisaje hídrico de los territorios del cuchcabal según quien escribiera:
“19. En el dicho pueblo de Hocabá no hay río ninguno, ni laguna, y beben de pozos y cenotes, de donde sacan el agua con unos cangilones que hacen de madera y de cortezas de árboles con sus cordeles de henequén; en la cabecera tienen noria que da agua bastante al pueblo”.
A pesar de ser peces muy comunes en los cenotes de Homún pocas veces aparecieron en los documentos históricos posteriores. En los inventarios y testamentos de las haciendas ganaderas de mediados del siglo XIX los avaluadores se referían a los cenotes pero no a sus habitantes.